Detenerse bruscamente y descansar parece la coclusión lógica de una actividad física, pero no es sano desde el punto de vista fisiológico.
Al detener bruscamente la actividad, la sangre queda atrapada en los músculos lo que reduce la irrigación de otras partes del cuerpo.
Como consecuencia se puede producir mareos, un desmayo o nauseas.
Al detener bruscamente la actividad, la sangre queda atrapada en los músculos lo que reduce la irrigación de otras partes del cuerpo.
Como consecuencia se puede producir mareos, un desmayo o nauseas.
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